La última novela de Juan Bonilla (Jerez de la Frontera, 1966), titulada Nadie contra nadie,  recuerda a la que le lanzó a la fama: Nadie conoce a nadie. Esta no tiene nada que ver con el crimen perpetrado en la Semana Santa del año 2000 y que fue llevada al cine por Mateo Gil. A pesar de que es complicado deshacerse de aquel gran éxito literario, Bonilla consigue de nuevo una historia cómica, misteriosa y llena de detalles impresionantes que culminan en una de las mejores novelas del año 2021.

La historia comienza con Simón Cárdenas, un doctorando en Filosofía que sobrevive diseñando los crucigramas para Diario de Sevilla. Una mañana recibe la llamada de un misterioso grupo que le ordena poner en la casilla 6 Horizontal la palaba ‘Arlequín‘. A partir de este momento, la historia coquetea con la parodia y la novela negra hasta conseguir un relato intrigante y vanguardista.

Lo nuevo y lo de siempre

Con esta historia, Juan Bonilla consigue una obra vanguardista integrando detalles literarios que no pueden hacerse en otro lugar que una creación fresca y atravida. Sobre todo, destaca la introducción de antihéroes, casi a rebosar, con diálogos planos, razonamientos vagos y actitudes hastiadas que no persiguen con esmero resolver el misterio.

Otro de los elementos que resulta soprendente e innovador es que los hechos se desarrollan en un ambiente ciertamente particular y esencial. El pregón de la Semana Santa de Sevilla como espacio en el que un grupo de mujeres arlequinas boicotean y agreden al pregonero no deja indeferente a cualquier lector que se precie y acostumbre a disfrutar momentos muy americanizados o prototípicos.